La ONU ha lanzado una acusación contundente contra Israel este martes, señalándolo como responsable de un crimen de guerra contra la población de Gaza al privarla de alimentos. Se estima que al menos 210,000 personas en el norte del enclave se encuentran en situación de hambruna, y más de 1.1 millones de gazatíes están en riesgo inminente de padecer la misma situación.
El alto comisionado de Naciones Unidas para los derechos humanos, Volker Türk, atribuye esta situación al enorme bloqueo impuesto por Israel a la entrada y distribución de ayuda humanitaria y bienes comerciales, así como al desplazamiento de gran parte de la población y la destrucción de infraestructuras civiles vitales.
El utilizar el hambre como arma de guerra y aplicarlo a toda una población constituyen crímenes de guerra, según un portavoz de la Oficina de Türk, quien destacó que esto se basa en el derecho humanitario internacional que Israel está obligado a respetar.
Un consorcio internacional de expertos en alimentación y nutrición, encargado de establecer la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC), confirmó que la hambruna se producirá entre la semana pasada y mayo. Con más de dos millones de palestinos enfrentando la escasez de alimentos, es el mayor número de personas en riesgo de una situación alimentaria catastrófica registrado por el sistema IPC.
Coincidiendo con estos datos, Israel denegó la entrada a Gaza del jefe de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), el principal organismo de ayuda humanitaria en el enclave. Esto ocurre mientras la Oficina de Coordinación Humanitaria de Naciones Unidas (OCHA) indica que la hambruna ya está ocurriendo en al menos dos áreas administrativas del norte de Gaza.
Jens Laerke, portavoz de la OCHA, describió la situación como desesperada, con la mayoría de los gazatíes agotando todos los recursos de supervivencia, incluso llegando a comer semillas de pájaros y forraje para animales. La hambruna ya afecta al 70% de los gazatíes en el norte de Gaza, con el riesgo inminente de muertes por inanición, especialmente entre los más vulnerables, como niños y enfermos.
El alto comisionado Türk instó a los aliados de Israel a usar su influencia para garantizar la entrada y distribución continua de ayuda humanitaria como la única forma de mitigar la creciente tragedia en Gaza.