Internacional I EEUU
Las manifestaciones estudiantiles contra la guerra en Gaza representan un nuevo y desconcertante desafío para el presidente Joe Biden, quien se encuentra en medio de resistir los llamados para cortar el apoyo de Estados Unidos a Israel mientras intenta mantener unida la coalición de votantes necesaria para su reelección.
Las protestas, que han estallado en la Universidad de Columbia y otros campus, han atraído la atención global de los medios de comunicación y han avivado preocupaciones sobre el apoyo de los jóvenes votantes a Biden. La forma en que maneje el conflicto en Oriente Medio también está siendo escrutada de cerca por los votantes judíos y árabes estadounidenses en estados cruciales indecisos.
En el mejor escenario para Biden, las protestas serán una distracción temporal mientras la Casa Blanca continúa negociando un alto al fuego y la liberación de rehenes, al tiempo que insta a Israel a minimizar las bajas, que ya superan los 34,000 palestinos muertos. Sin embargo, en el peor escenario, podrían impulsar el momentum hacia la Convención Nacional Demócrata en Chicago en agosto, lo que podría desencadenar escenas de violencia reminiscentes de los disturbios durante las protestas contra la guerra de Vietnam en la convención del partido en 1968.
"Si todo se limita a Columbia, sería una cosa", comentó Angus Johnston, un historiador especializado en activismo estudiantil. "Pero si esto lleva al movimiento estudiantil nacional a un nuevo nivel, sería una situación muy diferente".